Por fin me di cuenta que tenía que dejar de perder el tiempo con la "bagues" y empezar a trabajar de alguna cosa que fuese más concreta. Un poco de rutina me venía bastante bien y Leticia me dio un trabajo en su fiesta de 15 años como fotógrafo, y de pronto estar trabajando en un salón de fiestas disfrazado de fotógrafo me parecía lo más parecido a la felicidad que habia conocido hasta el momento. En cuanto toda mi vida quise cantar, me parecía una estupidés, pero al menos era feliz en ese momento.
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